Ocaso Pampeano. Paulino Ortellado

sábado, 11 de diciembre de 2010

Mi Mentor

Todos tenemos uno o más mentores.
El mío fué Carlos Di Fulvio. 
En mi casa paterna se escuchaba mucha música, sobre todo folklórica y este guitarrista llamó mi atención para siempre.
Quizás, mirándolo hoy a la distancia, me impresionó ese toque seguro, claro, fuerte; esa mano derecha que manejó como pocos; esa manera de coordinar el canto con acompañamientos que por sí solos, eran obras guitarrísticas; esa modernidad que trajo al folklore de los 60 con obras como Nubes Bajas, El Sueño del Brujo, La Tulumbana;  o sus Obras Integrales...  mi preferidas: Canto Monumento y La Conquista del Desierto.
Las obras guitarrísticas de Canto Monumento son increíbles.  Aún toco Romanza Cautiva, la obra que acompaña al poema que describe el presidio político del Manco José María Paz y su boda (en tales circunstancias) con Margarita, quien fuera esposa y sobrina al mismo tiempo. 
Demás está decir que recomiendo escuchar su obra, sobre todo la de los años 60 y principios del 70.
Les dejo su biografía, el link de su página oficial y un video en youtube en plena juventud, cantándole a la Patagonia. (Escuchen en el video como imita el viento patagónico con las bordonas...)


BIOGRAFIA
Oriundo de Carrilobo, Provincia de Córdoba, nació en el año 1939. Hombre de la pampa gringa por nacimiento, a los 4 años se radicó junto a la familia en la ciudad de Córdoba y no descansó hasta que pudo concretar uno de sus más anhelados sueños: conocer la montaña. Su primer encuentro con el nuevo paisaje tuvo lugar a los 13 años y desde ese instante se sintió identificado con esa otra Argentina que se extiende de Córdoba al norte.
Por ese entonces tuvieron lugar sus primeras incursiones en el arte. Mientras integraba el Cuerpo de Danzas Folklóricas del Teatro Rivera Indarte de Córdoba y cursaba estudios de dibujo y pintura en la Escuela provincial de Bellas Artes “Dr. Figueroa Alcorta”, añadía a su advocación artística la práctica del canto y de la guitarra.
Su primera presentación en público fue en enero de 1953 en el auditorio de LV2, entonces Radio Central, de Córdoba.
Cuando decidió abrazar la guitarra -dice el propio artista- “No fue para hacer cosas mejores o peores o para competir, como quien diría: en esta vida de competencias"... . Lo hizo con la meditación necesaria que debe tener un hombre para definir su vida y elegir su camino.
En 1958 su nombre ya era conocido en todo el ámbito del país: LS82 TV Canal 7, LR4 Radio Splendid, RCA Víctor entre otros, fueron los medios coincidentes en difundir su cuantiosa obra como autor, compositor e intérprete. nadie como él, en el territorio de la música popular de raíz folklórica, desde aquella, su primera zamba Guitarrero firmada con el seudónimo “José Piedra Ríos”, ha intentado ciclos tan amplios de obras integrales: “Concierto Supersticioso” (1964); “El Nacimiento de la Vidalita” (1965); “Canto Monumento” (1967); “La Conquista del Desierto” (1970); “El camino del Quijote” (1972); “Cantata Brocheriana” (1980), fueron algunos de los hitos fundamentales en su propósito simbiótico de conjugar la música popular de un modo mesurado y culto. Muestra de ello, es la cantidad de conciertos que a partir del año 1974 ha ido realizando con distintos distintos organismos de jerarquía instrumental: Orquesta Sinfónica de Córdoba; Orquesta de Cámara de la Municipalidad de Bahía Blanca; Cuarteto de Cuerdas de la Universidad Nacional de Mar del Plata, entre otros...
Carlos Di Fulvio es autodidacta. Aconsejado por maestros, entre de la talla de Domingo Soderini, Francisco Javier Ocampo, María Luisa Anido y Mario Perini, ha sabido desempeñarse con solvencia en el sitial que las exigencias del consenso público le fuera adjudicando a través de los tiempos. Hoy, mientras su obra poética -a nivel secundario y terciario- se ha transformado en material de análisis, su música forma parte del programa de estudio en algunos conservatorios para la formación de nuevos guitarristas argentinos.
Este cordobés nacido en la pampa gringa pero identificado con el norte provincial, ha dado al cancionero folklórico argentino algunas de sus obras más clásicas. A la mencionada Guitarrero, podemos agregar Campo Afuera, ¿Se acuerda Doña Maclovia?, Cerro Salamanca y Un paso aquí, un tranco allá.

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