Ocaso Pampeano. Paulino Ortellado

martes, 11 de enero de 2011

El Sonido Propio (I)

En estos tiempos, como nunca antes había ocurrido, uno va a un festival del género que más le guste y podrá ver sin dudas unos cuantos guitarristas ignotos, totalmente desconocidos, desparramando un arsenal de pasajes de acordes a diestra y siniestra... bajarán del escenario y seguirán siendo eso... desconocidos.
Y uno se pregunta: ¿ Qué es lo que hace a un guitarrista, imprescindible en la discoteca del público ?

EL TOQUE. 
          EL ALMA.
                  EL ÁNGEL. 
                          EL DUENDE. 
                                       LA MAGIA

No se trata de tocar 200 acordes en forma estandarizada en un tema, ni miles de notas por segundo.
Se trata, de que el guitarrista, además de conocimiento, tenga algo para contar y ponga el alma en ello.

Y si no, piensen cada uno en sus guitarristas preferidos y verán que no ando lejos de la verdad.
Pensemos en Luis Salinas "punteando" con el dedo pulgar (¡horror, sacrilegio!).
Pensemos en la guitarra de Atahualpa, imperfecta, sucia...
Pensemos en la perfección y tremenda fuerza expresiva de John Williams...
En los solos de B.B. King...
En Diango Reinhardt y su mano mutilada...
En Juan Falú y su a veces exasperante libertad rítmica y armónica...
Y la lista podría ser infinita, pero lo concreto es que vos escuchás e inmediatamente identificás al guitarrista, como un ser único, contándote una historia única.

Sergio La Corte